Sense of adventure

INSPIRED ADVENTURES

Eslovenia,

el sueño de todo fotógrafo

Despertarse en el cómodo y cálido ambiente de una camper y lanzarse directamente a recorrer el camino de 20 minutos que lleva hasta el mirador de Ojstrica sobre el lago Bled fue un cambio refrescante con respecto a tener que conducir medio dormido en medio de la oscuridad de la noche hasta llegar allí. Eso sí, con lo compacta que es Eslovenia no tendrá que conducir mucho más de todas maneras. Cuando las hermosas montañas Karavanke, con esa frescura que aporta la capa de nieve recién caída, se mostraban a través del suave y blanquecino crepúsculo del amanecer y las cumbres refulgían junto con las luces de la iglesia de la isla, yo ya estaba listo y preparado para disparar. Al estar enclavada entre los Alpes y el Adriático, con una superficie total de tan solo 20.273 km2, esto también me permitía pasar la mañana fotografiando lagos alpinos y montañas nevadas en el sobrecogedor parque nacional de Triglav, y luego el atardecer y crepúsculo en la costa adriática, tras conducir 90 minutos desde Bled. Y todo esto a finales de noviembre, cuando los días son más cortos. La diversidad del paisaje de Eslovenia es insuperable y esto en fotografía brinda una variedad infinita de temas, desde imponentes cumbres montañosas, verdes valles, lagos y cascadas hasta vastos bosques, soleados viñedos, ondulantes colinas verdes plagadas de cuevas y el brillante mar Adriático. Por no mencionar las ciudades y poblaciones con una florida arquitectura influenciada no solo por la propia cultura eslava, sino por las culturas de las naciones adyacentes, como la veneciana y la austrohúngara.

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Despertarse en el cómodo y cálido ambiente de una camper y lanzarse directamente a recorrer el camino de 20 minutos que lleva hasta el mirador de Ojstrica sobre el lago Bled fue un cambio refrescante con respecto a tener que conducir medio dormido en medio de la oscuridad de la noche hasta llegar allí. Eso sí, con lo compacta que es Eslovenia no tendrá que conducir mucho más de todas maneras. Cuando las hermosas montañas Karavanke, con esa frescura que aporta la capa de nieve recién caída, se mostraban a través del suave y blanquecino crepúsculo del amanecer y las cumbres refulgían junto con las luces de la iglesia de la isla, yo ya estaba listo y preparado para disparar. Al estar enclavada entre los Alpes y el Adriático, con una superficie total de tan solo 20.273 km2, esto también me permitía pasar la mañana fotografiando lagos alpinos y montañas nevadas en el sobrecogedor parque nacional de Triglav, y luego el atardecer y crepúsculo en la costa adriática, tras conducir 90 minutos desde Bled. Y todo esto a finales de noviembre, cuando los días son más cortos. La diversidad del paisaje de Eslovenia es insuperable y esto en fotografía brinda una variedad infinita de temas, desde imponentes cumbres montañosas, verdes valles, lagos y cascadas hasta vastos bosques, soleados viñedos, ondulantes colinas verdes plagadas de cuevas y el brillante mar Adriático. Por no mencionar las ciudades y poblaciones con una florida arquitectura influenciada no solo por la propia cultura eslava, sino por las culturas de las naciones adyacentes, como la veneciana y la austrohúngara.