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ANDREW DITTON

Andrew Ditton es un periodista cultural británico que goza de mucho reconocimiento. A los 14 años heredó su primera caravana y desde entonces no ha dejado de viajar. Viaja por todo el mundo en busca de experiencias de acampada únicas, desde una tienda pequeña en Canadá a una gran autocaravana en Nueva Zelanda. Para obtener más información sobre Andrew, visite: andrewditton.com

«En lo que a aventuras en caravana se refiere, esta es verdaderamente memorable, pues también conseguimos elegir la mejor noche del año para ver la aurora boreal. ¡Añada ahora mismo este viaje a su lista de destinos!»

La noche se pasó en un santiamén. Después de la aparición de la aurora, me sumergí en un profundo sueño en la adorable Action... ¡qué cama más cómoda! Me desperté con un amanecer de lo más espectacular, abrí la puerta y gocé de un impresionante paisaje: ¡tuve que pellizcarme para comprobar que realmente estaba allí! Aún me quedó tiempo para tomarme un té rápidamente, antes de que el personal de Apukka viniera a «rescatarme». Lo sé, no es exactamente el término adecuado, ya que fue una acampada llena de glamour y lujo y la caravana fue la anfitriona perfecta.

Por fin, sobre las 22.30 h., el brillo se intensificaba cada vez más y entonces observé a través del techo panorámico una suave mancha verde en mitad del cielo. ¡Ahí estaba! Me abrigué a toda prisa, cogí la cámara y el trípode y salí. Durante los 90 minutos siguientes, la aurora boreal me concedió el mayor espectáculo de la naturaleza que se puede observar en la Tierra. Llegó un momento en el que las luces literalmente seguían una coreografía. Las lágrimas se deslizaban por mi cara de la alegría que inundaba mi corazón, tal era la emoción que sentía por esta abrumadora experiencia.

Durante dos horas de pleno silencio, la aurora coqueteó y jugó conmigo.

no están llenos (excepto el depósito de descarga del inodoro). En su lugar, se ofrecen termos con agua caliente y botellas de agua y también se facilita un teléfono móvil de emergencia, sacos de dormir de emergencia y, por su puesto, una batería completamente cargada y una bombona de gas llena para la calefacción. Fuera la temperatura descendió hasta los 20 grados bajo cero, aunque la Action se mantenía cálida gracias a la eficiente calefacción Truma. Me acosté en la cama, totalmente a oscuras, mirando atentamente por el enorme techo panorámico. Estar tumbado totalmente en silencio con un aislamiento espléndido, a solas con mis pensamientos y admirando el cielo estrellado, sintiendo una conexión total con la naturaleza y, al mismo tiempo, dentro de un espacio cálido y confortable... fue una experiencia absolutamente mágica. De vez en cuando se veía un tenue brillo verde en el horizonte. El brillo aumentaba de intensidad y luego se desvanecía. Más tarde volvía a aparecer para luego volver a desvanecerse. Durante dos horas de pleno silencio, la aurora coqueteó y jugó conmigo.

A medianoche volví a la calidez y el lujo del «vagón de auroras», donde me sumergí en un profundo sueño, arropado por el manto de estrellas que parpadeaban a través del techo. Al rememorar la experiencia, los ojos se me vuelven a llenar de lágrimas. No solo se había hecho realidad el sueño de mi vida, ver la aurora boreal, sino que lo había hecho de la mejor manera posible, en la caravana de mis sueños, perteneciente a la gama de Adria. No hay que dejar de soñar, debemos esforzarnos al máximo para que los sueños se hagan realidad. Yo soy la prueba viviente de ello: los sueños sí se hacen realidad.